lunes, 26 de febrero de 1990

Colombia y su Agricultura

La realidad es que en este último año hemos vivido la experiencia de países desarrollados con ventajas comparativas en industria y en servicios donde se subsidian la producción y las exportaciones agrícolas.

Colombia tiene algunas características de país desarrollado. Nos estamos dando el lujo de pagar más por los productos básicos en Colombia que en el exterior. Estas prácticas comerciales que tradicionalmente se han dado en los países desarrollados están ocurriendo en Colombia. Componentes de nuestro desayuno cotidiano como el chocolate y el café hoy en día son más caros para el colombiano que para el extranjero. El costo de la libra de café es mayor para el consumidor colombiano que para el exportador. Lo mismo puede decirse del cacao. El proceso que con tanto esfuerzo ha hecho FEDERACAFE de substituir el cultivo del café por el cacao, ha tenido que contar con el patrocinio de los consumidores. Los cultivadores han necesitado un precio alto para poder compensar la baja productividad. La productividad de los cacaoteros colombianos se encuentra hoy en día por debajo de la mitad de los productores mundiales más eficientes.

El azúcar desde hace tiempos se ha cotizado en el mercado colombiano por encima del mercado internacional. Los consumidores han tenido que poner su granito de sacrificio para permitir exportar este dulce producto en los mercados internacionales. El algodón materia prima para los textiles ha tenido un precio por encima del internacional. Esto ha contribuido a encarecer las telas lo que ha disminuido la competitividad externa tanto de los textiles como de las confecciones.

Hemos vivido con la ilusión de que Colombia es un país con una amplia ventaja comparativa en recursos naturales, minerales, petróleo y especialmente en la agricultura. La realidad es que en este último año hemos vivido la experiencia de países desarrollados con ventajas comparativas en industria y en servicios donde se subsidian la producción y las exportaciones agrícolas.

Para lograr exportar hemos mantenido una política de precios domésticos altos. Está política si bien ha contribuido a sostener el ingreso de los agricultores ha tenido altos costos no solo para el consumidor sino también para la economía, pues se están utilizando recursos en actividades que no están produciendo su máxima rentabilidad social.

Para justificar estas políticas de precios altos muchas veces se han citado las ineficiencias originadas en otros sectores y los altos costos de los insumos importados. Los resultados del aumento de la producción agrícola observada en 1989 muestran que es posible compensar estas desventajas por medio de precios remunerativos. Infortunadamente, en el largo plazo la producción puede mantener un ritmo creciente únicamente si se logran aumentos en la productividad de la agricultura y si se eliminan las distorsiones creadas por la alta protección. 
La noticia reciente de que la Federación de Cafeteros ha disminuido el subsidio a las exportaciones muestra que existe el deseo de terminar con estas políticas. Es posible que en el futuro se pueda volver a la situación de los libros de texto, en la que el precio de los productos con alta ventaja comparativa sea más bajo en el interior que en el extranjero.


Las prácticas de precios altos en el interior y precios bajos en el exterior son imposibles de sostener en el largo plazo por el efecto negativo que puede tener en las exportaciones competitivas. Realmente no podemos hablar con la suficiente autoridad ante los Estados Unidos para que nos rebajen gravámenes anti-dumping en productos como las flores cuando estamos actuando en contra de las leyes del comercio internacional en productos tan importantes como el café, el azúcar y el algodón.

lunes, 19 de febrero de 1990

Opciones Presupuestales

Los recursos necesarios para elaborar de manera rigurosa opciones presupuestales no son muy cuantiosos. El retorno de estas pequeñas inversiones es inmenso. La Empresa Privada podría financiar anualmente análisis serios de las alternativas presupuestales logrando una presupuesto más eficiente y justo.
                                           
La visita a Colombia del Presidente Bush ha acaparado la atención de los colombianos. El tema de la conferencia entre los presidentes de las cuatro naciones ha desviado un poco la atención de temas de vital importancia que por esta época se debaten en Estados Unidos. Tradicionalmente en los primeros meses del año el tema obligado de análisis en los Estados Unidos es el Presupuesto. El Presidente debe enviar al Congreso su proyecto de Presupuesto acompañado de un mensaje sobre el Estado de la Unión.

El proceso presupuestal de los Estados Unidos es admirable en muchos sentidos. Las revistas hacen una presentación de las principales variaciones introducidas en el presupuesto. Las publicaciones periódicas no se limitan a divulgar de manera ágil los principales rubros del presupuesto sino que tratan de analizar la validez de las cifras que han servido de base para los cálculos de los ingresos y egresos. Recientemente, las principales publicaciones han incluido en su presentación del presupuesto la opinión de la ciudadanía sobre los posibles cambios impositivos. Por ejemplo, la revista Time muestra la opinión de los americanos sobre una posible reducción en el impuesto a las ganancias ocasionales.

La Brookings Institution (el FEDESARROLLO de los Estados Unidos) ha venido publicando cada año un libro en el que se presentan alternativas presupuestales. Estos libros que en una época se llamaron Definición de Prioridades Nacionales y que recientemente se conocen como Opciones Económicas son sin duda una gran contribución a la discusión seria del Presupuesto de los Estados Unidos. Cuando se tiene una opción cuantificada realizada con rigor las discusiones pueden ser constructivas. La Democracia verdadera requiere una discusión ilustrada de las diversas opciones presupuestales. Todos los participantes en los debates sobre el Presupuesto deben esforzarse en mejorar el proceso presupuestal. Los cambios introducidos por la nueva ley de presupuesto buscan mejorar la manera como el Gobierno prepara el Presupuesto anual. El Congreso debe mejorar considerablemente su capacidad analítica para mejorar su contribución al debate presupuestal. En este aspecto sería conveniente estudiar la posibilidad de crear una oficina encargada de los asuntos presupuestales siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos. Los partidos políticos deben contar con recursos suficientes para poder elaborar alternativas presupuestales. No puede funcionar un esquema Gobierno-Oposición cuando la Oposición no puede formular alternativas viables a las propuestas del Gobierno. Para poder operar eficientemente, el Gabinete Sombra debe contar con elementos de juicio para las discusiones de política económica.

El elaborar opciones presupuestales requiere de conocimientos sobre el proceso presupuestal así como de la posibilidad de diferir algunos gastos. Para ello se requiere un conocimiento detallado de las regulaciones vigentes y de los costos de posibles alternativas. Los recursos necesarios para elaborar de manera rigurosa opciones presupuestales no son muy cuantiosos. El retorno de estas pequeñas inversiones es inmenso. La Empresa Privada podría financiar anualmente análisis serios de las alternativas presupuestales logrando una presupuesto más eficiente y justo.

La discusión de las opciones presupuestales debería extenderse a los planes de desarrollo que cada cuatro años hace el gobierno de turno. Hoy en día la discusión del Plan de Desarrollo se reduce a la presentación de comentarios sobre su contenido. La mayoría de las veces, se discute si el diagnóstico es correcto y si las medidas son coherentes. Nunca se presentan opciones alternativas que reflejen diversas prioridades.


La discusión de las opciones presupuestales no debe circunscribirse al nivel nacional. Los Alcaldes elegidos popularmente deben tener a su disposición opciones alternativas. Las ciudades no pueden esperar un año mientras que los nuevos Alcaldes se enteran de las posibilidades que tienen a su disposición. Las Cámaras de Comercio podrían seguir el ejemplo de la Cámara de Comercio de Bogotá que ha patrocinado la elaboración y discusión de Planes de Desarrollo. Con el apoyo de entidades de prestigio sería posible contar con alternativas de manejo de nuestras ciudades desde el mismo día en que tomen posesión los Alcaldes. 

lunes, 12 de febrero de 1990

Bogotá al comienzo de la década

Las cifras de población de Bogotá tienen una gran flexibilidad. Para algunos políticos la capital de Colombia está cercana a los siete millones de habitantes. Para todos los alcaldes menores su zona tiene un millón de habitantes y por tanto el total de la ciudad puede llegar fácilmente a los veinte millones. Las Proyecciones de Población de la ciudad han tendido a sobreestimar el crecimiento de Bogotá. Algunas inversiones en servicios públicos se han tenido que enfrentar a demandas inferiores a las previstas con el consecuente exceso de capacidad de las inversiones realizadas.

Las verdaderas cifras demográficas de Bogotá hoy en día pueden estar un poco por debajo de los cinco millones de habitantes. Según los estimativos del DANE para mediados del año 90 habrá en Bogotá 4'909.589 habitantes y 5'636.515 habitantes en el año 95. De acuerdo con las proyecciones del Dane durante el período del próximo alcalde habrá un incremento de 280 mil habitantes en la capital del país. La administración Distrital en el corto lapso de dos años tendrá que dotar de servicios públicos y vías a una población equivalente a la de Pasto.

Pero más importante que conocer las cifras agregadas de población  de Bogotá hoy en día es examinar su distribución al interior de la ciudad. Las proyecciones de población por zonas de la ciudad requieren de un conocimiento de los patrones de ocupación de las grandes ciudades. Este conocimiento es relativamente escaso. Por regla general, las cifras desagregadas se conocen únicamente en los años censales.

Bogotá cuenta con proyecciones de población a nivel desagregado, La Empresa de Acueducto realizó un estudio en 1982 sobre la Dinámica Sectorial de Bogotá para el período 1972 -2000.[1] Una evaluación rápida de las proyecciones de este estudio muestra que las cifras globales resultaron un poco por encima de los resultados censales. La distribución por anillos concéntricos obtenidos en el estudio se aproxima bastante a la observada en el Censo de 1985 indicando que los patrones de población pueden predecirse con relativa aproximación.

La proyecciones desagregadas de población no solo permiten una planeación de las inversiones de las empresas públicas sino que permiten confrontar el posible crecimiento poblacional con el área disponible en la ciudad. Las proyecciones del Acueducto mostraban que para el año dos mil el crecimiento de Bogotá desbordaría el actual perímetro de servicios. Para acomodar el posible crecimiento poblacional sería necesario incorporar tierras que hoy en día están por fuera del perímetro. Aunque para establecer una fecha de saturación del área del Distrito se requiere de un estudio detallado es posible pensar que dentro de unos veinticinco años todo el crecimiento del Area Metropolitana de Bogotá se esté dando por fuera del perímetro urbanizable del Distrito. Como se puede observar en los paseos dominicales, buena parte del crecimiento se está dando por fuera del Distrito. Este patrón se reforzará en el futuro lo que implica unas necesidades de coordinación entre Bogotá y los municipios de la Sabana.





    [1]Sonia de Hernández, Dinámica Sectorial de Bogotá D.E. 1972-2000 Febrero de 1982, CCRP-EAAB

lunes, 5 de febrero de 1990

Industrialización o catástrofe

La consulta liberal ha logrado desplazar de las campañas las discusiones de carácter económico. En contraste con otros países donde en las campañas presidenciales se discuten las diferentes alternativas de manejo económico, en Colombia se está hablando sobre el posible número de votos que van a obtener los diferentes precandidatos liberales. La importancia de fijar unas políticas económicas que contribuyan a un rápido crecimiento económico deberían obligarnos a comenzar un análisis serio de las posibles estrategias de desarrollo del  próximo gobierno. Los resultados de la economía colombiana en los ochenta muestran un notable estancamiento del desarrollo industrial. La dinámica industrial que se manifestó al comienzo de los setenta perdió toda su fuerza dando como resultado un sector industrial en retirada.

Aunque el conocimiento del sector industrial se ha visto enriquecido por estudios sectoriales promovidos por el Ministerio de Desarrollo y el Banco Mundial, las causas del mediocre desempeño del sector industrial colombiano no son enteramente claras. Los estudiosos no han logrado producir un consenso en cuanto a las principales razones del estancamiento industrial. Para algunos las causas son de origen macroeconómico. El retraso cambiario, las políticas comerciales, el mal holandés y otras perturbaciones macroeconómicas han sido identificadas como posibles  causas del poco dinamismo industrial colombiano. Para otros los orígenes del estancamiento industrial deben buscarse en el campo microeconómico. Los altos costos laborales, las deficiencias en la infraestructura de transporte y la ineficiencia de las industrias son algunas de las posibles causas aducidos por los microeconomistas.

Ante la carencia de un diagnóstico sólido la formulación de las posibles políticas de desarrollo industrial ha tenido que basarse muchas veces en la experiencia de otros países. Las experiencias de las economías asiáticas, escandinavas, latinoamericanas han sido utilizadas por algunos analistas como base para sus propuestas de cambios en las políticas vigentes en Colombia. El respaldo de estas propuestas en algunas ocasiones es bastante sólido mientras que en otro es bastante precario pues el proponente tiene conocimientos vagos de los verdaderos efectos de las políticas en el desarrollo industrial.

Para los interesados en el desarrollo industrial y el crecimiento una fuente valiosísima son los estudios del Profesor Hollis Chenery y sus colaboradores. El Director de la famosa Misión de Empleo desarrolló una serie de investigaciones con algunos de sus colaboradores del Banco Mundial que se resumen en un libro titulado Industrialization and Growth: A Comparative Study.

La lectura cuidadosa del libro mencionado es de gran utilidad para los asesores de los candidatos a la presidencia pues resume estudios interesantes sobre las relaciones entre el cambio estructural y el desarrollo económico. El libro explora una serie de interrogantes de permanente actualidad. Algunas de las preguntas como ¿cuáles son las causas principales de las uniformidades observadas en la transformación estructural?; ¿cuáles son los efectos de los factores que se pueden esperar que causen secuencias diferentes de industrialización tales como la disponibilidad de recursos naturales, tamaño del mercado y políticas externas? y ¿cómo se asocia el crecimiento de la productividad con la reasignación de los recursos entre sectores? tienen una respuesta en este trabajo.

Los estudios del Profesor Chenery y de sus colaboradores dan soporte a algunas generalizaciones sobre los determinantes del crecimiento industrial. Tal vez uno de los hallazgos más importantes de esta investigación es que las diferencias entre países se concentran en dos factores externos la expansión de las exportaciones y la substitución de importaciones. Si se controla por los diferentes niveles de ingreso hay muy poca variación entre los factores de carácter doméstico: las demandas finales e intermedias.

El libro muestra que los recursos naturales y la política comercial son los mayores fuentes de las diferencias observadas en el proceso de transformación. La orientación hacia afuera o promoción de exportaciones usualmente está acompañada por la expansión de la industria ligera. La tasa de crecimiento del producto disminuye en un 15% al cambiarse de una política de promoción de exportaciones a una de substitución de importaciones. Según el trabajo de Chenery los efectos benéficos de una reorientación del crecimiento hacia el mercado externo tiene un efecto mayor cuando la economía se ve enfrentada a rigidices de carácter estructural. Los economistas asociados con el pensamiento cepalino van a encontrar este hallazgo como algo sorprendente pues siempre han dado como argumento para la protección a la industria la existencia de rigideces en los mercados.

La importancia de mantener flujos de divisas que apoyen los esquemas de apertura magnifica significativamente el efecto de mayores exportaciones y ayuda a explicar la aceleración del crecimiento en Corea y Taiwan. Aun cuando los autores no lo dicen es posible inferir que la salida de divisas ocasionadas por el problema de la deuda externa han influido negativamente en el desarollo industrial de algunos países con problemas de deuda.

En el trabajo de Chenery se explora también las interrelaciones entre el crecimiento de la productividad y el crecimiento de la economía. Según los autores la evidencia de un diferencial entre países es más fuerte que la de diferencias entre sectores. Según ellos se  comprueba la hipótesis de una correlación positiva entre las tasas de crecimiento y el crecimiento de la productividad. Una posible explicación de este fenómeno podría ser la posibilidad existente de trasladar la fuerza de trabajo de sectores de baja productividad hacia sectores de alta productividad.


Un buen resumen de los hallazgos de Chenery está dado en los siguientes párrafos del libro. "Encontramos que las economías que tuvieron una estrategia de promoción de exportaciones en contraposición de estrategias de substitución de importaciones, crecieron más rápido, se industrializaron más pronto, tuvieron tasas de crecimiento de la productividad total mayores y tendieron más rápidamente a una estructura de insumo producto de países avanzados. Especulativamente se podría decir que se requiere desarrollar una cierta base industrial y un conjunto de habilidades técnicas para poder exportar productos industriales. En particular las tasas de crecimiento de la productividad total de los factores son una parte necesaria del éxito de la estrategia hacia afuera. Si una economía incurre en fuertes endeudamientos para adquirir materias primas y bienes de capital que se requieren para alimentar el proceso, la falla eventual de que se materialicen en un crecimiento de exportaciones dejará la economía con serios problemas de deuda externa".